Ascenso a la Sierra
El camino hacia la Sierra es lo contrario a los infiernos de Dante, aquí
en lugar de descender, vas ascendiendo y la Sierra Madre que en un inicio
parecía inalcanzable poco a poco te elevas a la par, entonces al detenerte en
el mirador sólo observas un océano de picos y montañas caprichosas; con suerte
algún águila puede rozar tu vista. Lo único que puedo hacer es sentarse
sigilosa, observar y agradecer a la vida por estar ahí.
Al llegar a Jesús María nos instalamos en las cabañas de Don Ismael y la
Sra. Rutilia, padres de los chicos, que tienen dos hijos más Rubén y Ernesto.
Son los más chicos.
Las cabañas me sorprenden, son muy amplias, tienen dos recámaras cada
una, con dos camas individuales por recámara, una sala grande, con muebles de
madera que se funden con el lugar y un baño de iguales dimensiones. Las
comodidades necesarias. Luego de instalarnos nos dirigimos a la casa de los
papás de Marco, donde la señora Rutilia nos espera para comer.
La comida es tan sencilla y llena de sabor con pocos ingredientes. Las
tortillas un alucine. Ellos llevan una vida austera, casi espartana acorde con
lo árido del lugar.
Jesús María está encallada en la cara oriente de la Sierra Madre
Occidental, donde la brisa del mar no está y se nota, este lado es árido lleno
de pitayos que se erigen como órganos tubulares, al fondo corre el río que es
la vida del lugar. La rivera es privilegiada pues está bañada por la sombra de
hermosos guamúchiles. El río es la vida y de ella todos participan; ahí se
bañan, lavan ropa, las vacas también bajan a beber y refrescarse, al igual los
perros, caballos y cuando el agua potable no corre, basta con cavar un pozo
cerca del río para abastecerse de ahí. El panorama me recuerda a los reportajes
de la India. Ya que estoy ahí, hago lo mismo y me sumerjo.
Nosotros llegamos justo el sábado por la tarde, pues para el Domingo de
Ramos las actividades en torno a la semana santa dan inicio. El libro de
Fernando Benítez me ha ilustrado muchísimo, sin él no hubiera entendido nada de
lo que veo, es una cosmovisión muy compleja de sincretismo disfrazado. Donde
los dioses están muy presentes, los ritos para complacerlos y los coras son muy
celosos de sus creencias.
Desde el inicio dejan muy claro que el uso de cámaras, celulares,
cuadernos de apuntes, de dibujo, grabadoras, están prohibidos durante los
festejos de semana santa y la máxima autoridad son los gobernantes
tradicionales de la Tribu Cora, como ellos se denominan. Es un ritual sagrado,
así lo define el señor Ismael. Sólo te llevas lo que ven tus ojos, ese es su
dicho.
Going
up the Mountains
The
road to the Sierra is the contrary to Dante´s hell, here instead of descending,
it is a constant ascending and the mountains that seemed unreachable, you soar
little by little to their high, and when you stop in the viewpoint, an ocean of
wilful peaks and mountains extend before one´s eye. If you are lucky, and eagle
may flight through. The only thing I can do is to sit in silence, observed and
thank life for allowing me to be here.
The
first thing we do when we get to Jesús María, is to check in the cabin of Mr.
Ismael and Ms. Rutilia, parents of Marco and Leovi, and they have two younger
kids Ruben and Ernesto.
Cabins
surprise me, are big, they have to rooms, each one with two individual beds, a
big living room and a bathroom. The commodities needed. After making ourselves
comfortable we are guided to their house for lunch.
Food
is so simple, and yet full of flavor with so few ingredients. Tortillas are a
total pleasure. They live an austere life, almost Spartan according with the
arid place.
Jesús
María is in the Eastern side of the Sierra Madre Occidental, the sea breeze is
out of range and it shows. This side during the dry season is extremely arid
full of pitahaya cactus that rise up like pipe organs, down town runs a river
that means life.
The
river line is privileged, is bathed by huge wonderful local tree´s shade
(called guamuchil). The river is life, as such everyone participates of it. In
the river takes place bathing, washing of cloths, cows go down to drink and
refresh, dogs and horses do the same. And when there is no drinking water in
town, it is solved by digging a hole by the river. This resembles images from
India. I am here, I do the same and get in the river.
We
got here Saturday afternoon, because by Sunday activities for the Holy Week
begin. Fernando Benitez´ book has help me, without it I wouldn´t be able to
understand anything of what I´m looking at. It is a very complex world view in
a disguised syncretism. Where gods and rites to please them are very present
and Coras are very discrete with their believes.
They
set it very clear from the beginning, during the Holy Week the use of cameras,
notebooks, drawing books, voice recorders, are forbidden and the maximum
authority during those days are the traditional governors. It is a sacred
ritual, that´s how Mr. Ismael defines it. The only souvenir you can take, is
what your eyes see; that is their saying.
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